sábado, 23 de noviembre de 2013

Jugando a (no) querernos.



Viento: el aleteo de tus pestañas que derriba mi sonrisa, tu boca cínica, tus manos inquietas, existen un cúmulo de sensaciones que se escapan en el cielo encapotado.
Sentir, dejarte sin sentido, sentimientos, sinsabores, símbolos, te sonsaco tus silencios abrumadores que me dejan soñolienta.

Tormenta: la que estalla en mi cabeza, mis pensamientos me martillean una y otra vez. Quiero salir sin cabeza, sólo por un día y abandonarla en mi armario junto a mi ropa semi-desordenada.
Esperar, escuchar, escalofríos que invaden mi cuerpo cada vez que me tocas, elocuencia, escapismo el de tu persona, a ratos, por pasos.

Fuego: Más allá del abismo de nuestros cuerpos, de la quemazón de las caricias, de la vida inerte, de las brasas que aún sobreviven y calientan mis entrañas. Te quiero ahí, justo ahí, pidiéndome a gritos un poco más.
Miedos estúpidos, montañas, las que nunca moverás, miradas, maestría, la de tu boca, movimientos de ajedrez y un jaque mate mortal.

Agua: sedienta me encuentro en el desierto con la última gota de este preciado tesoro en mis labios resecos y agrietados. Puede que me haya cansado de buscar el oasis perfecto y sólo encuentro espejismos.
Tiempo, tortura, temperatura elevada, taladradora, tifón que lo arrasa todo, tal vez sin querer o inevitablemente queriendo.

Tierra: doy pasos firmes en la tierra húmeda que tiembla bajo mis pies. No huyo de vos, sino de mi propia conciencia, me percibo como ente pensante, en este mundo algo incrédulo.
Contigo, conocerte, compartir, caminar sin rumbo, cama revuelta, contacto físico, me tocas levemente y sonríes sin un porqué.

Y ahora no me toca desnudarte,  me toca no pensarte, no me toca mover ficha, me toca no tocarte,me toca no llamarte,  me toca olvidarte cada día, y jugar, jugar a (no) querernos como antaño.

jueves, 10 de octubre de 2013

Chan Chan


De Alto Cedro voy para Marcané  
Llego a Cueto voy para Mayarí.  
El cariño que te tengo  
Yo no lo puedo negar  
Se me sale la babita  
Yo no lo puedo evitar.  
Cuando Juanica y Chan Chan  
En el mar cernían arena  
Como sacudía el "jibe"  
A Chan Chan le daba pena.  
Limpia el camino de paja  
Que yo me quiero sentar  
En aquel tronco que veo  
Y así no puedo llegar.  
De Alto Cedro voy para Marcané  
Llego a Cueto voy para Mayarí.


(Letra de la canción, Chan Chan de Buena Vista Club Social)


Y me contaste esta historia envuelta en vapor de humo de velas aromáticas. Sucedió en repetidas ocasiones en una habitación iluminada por la tenue luz de veinte velas blancas perfumadas con olor a sándalo. La canción de Buena Vista Club Social sonaba en bucle una y otra vez durante toda la tarde mientras lentamente te enamorabas de aquella chica a la que acariciabas con deleite. La Habana se metió en vuestros huesos, era vuestro paraíso utópico aunque tú, nunca la llevarías a ella a ese país y no cumplirías nunca tu promesa, pues la querías solo para ti y no ibas a soportar las miradas lascivas de otros hombres.
Tú lo sabias, sabías que ella era una chica compartida; tu eras el chico malo con oficio pero sin beneficio. En cambio, el otro era un chico adinerado, de buena familia pero algo insulso en temas de sexo. Lo sabías, lo sabías muy bien que eras solo un mero juguete en manos de ella, que justamente lo elegiría a él y tu marcharías con el rabo entre las piernas - nunca mejor dicho - . 
Pero vuestros encuentros olían a sexo y pólvora disparada de vuestros cuerpos. Ella sabía poner la magia velada de la noche, la pasión descontrolada de vuestros besos, se te caía la babita, no podías negar el cariño que sentías por ella.
Poco a poco ella se alejó de ti; se acabaron las llamadas intempestivas a medianoche para propiciar un encuentro altamente erótico lleno de locura. Ella lo eligió a él, eligió el dinero, la buena vida, la vida cómoda que tu no le podías facilitar.
Años después me regalarías esta historia, para que yo la escribiera. Me contaste que la viste una tarde desde tu coche tiempo después de haberlo dejado, años tal vez. Tu sorpresa fue aún mayor cuando comprobaste que estaba embarazada y que se la veía feliz.Tu fuiste el chico malo que le dio más placer que ninguno y el que acabó siendo abandonado como un perro en la cuneta.
Viajaste a la Habana en tu madurez, y en cada rincón de la isla, sonaba la canción, pues tu la demandabas por doquier en un tributo hacia ella: "El cariño que te tengo, yo no lo puedo negar. Se me sale la babita, yo no lo puedo evitar..."

miércoles, 9 de octubre de 2013

El entierro de la sardina





He asistido a un entierro esta tarde, y todo el mundo lloraba tu pérdida. He de decir que tuve que presentar mis condolencias a la familia y explicarles por encima cómo nos conocimos. Las lágrimas caían a borbotones por mis mejillas e iba llenando pañuelos de papel de mares enteros salados. No me vestí de negro porque tu no me habrías dejado, lo encuentro lógico, el negro me desvestía el alma. Siempre preferías colores neutros, así casaban mejor con mi personalidad. Pero aquél día que te esperé sentada en la estación, me vestí de negro, como anunciando tu propia muerte y también la mía. A partir de entonces, toda la ropa que guardaba en mis armarios de ese color nefasto, la mandé a hacer puñetas. Jamás me volví a vestir de negro, en señal de duelo por ti.
En el velatorio las caras tristes se desenvolvían con total naturalidad. Yo no aguanté ni media hora allí, demasiado para mí, nadie me conocía y el calor me estaba agobiando, estaba a punto de sufrir un ataque de ansiedad. Salí corriendo a la calle a por un poquito de aire fresco, y en mi delirio creí verte bajo la sombra de un árbol sonriéndome. Creí morir por un instante y casi me desmayo. Pero me sentí reconfortada por unos brazos enormes que sostuvieron mi caída. Cuándo revisé aquel rostro hallé tu misma sonrisa, y esos ojos grandes que se perdían en el infinito. Me encontré con tu hermano, un chico algo triste por tu pérdida, que mostraba entereza porqué si él se derrumbaba, la familia caería como fichas de dominó. Cuando me repuse y recuperé el aliento, no me presenté como tu novia, pues hacía poquitos meses que salíamos juntos y lo manteníamos en secreto por tu reciente separación. Tu hermano me ofreció un café para que me subiera la tensión y lo acepté algo reticente pues quería huir de toda esa parafernalia y caminar un poco por las calles atestadas de la ciudad. Me lo tomé y apenas crucé cuatro o cinco palabras con tu hermano y me fui porque necesitaba mi soledad, sentirme sola, tomar conciencia de mis pensamientos, aprender a estar sola de nuevo, sin ti.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Ficciones





Estoy subida en una montaña, oteo el horizonte; no sé que busco, solo se que me quedaré quieta, muy quieta. Algún día tendré que bajar, pero me gustan las vistas, la suave brisa que acaricia mi pelo, el tibio sol que me calienta los huesos.
Contemplo el mundo desde mi posición, y te contemplo a ti por primera vez, tus gestos, la posición de tu cuerpo, tu sonrisa, tu mirada inquieta que a ratos evita la mía. El café me sabe bien, he bajado de la montaña para tomar un café contigo y la tarde se alarga en interminables palabras. Por un momento deseo tocarte; solo un ligero roce, una palmadita, nada serio pero sigo quieta y escucho tu voz que a veces resulta inaudible porque es calmosa y pausada y estoy acostumbrada a mis caballos desbocados internos y a hablar con rapidez.
Te contemplo y me gusta lo que veo, y la tarde se funde con el paseo que damos porque en ese momento toca ser racional y esconder en nuestro fuero interno la pasión irracional que pugna por salir. Y la terapia, oh si, la terapia, son los últimos diez minutos de la tarde otoñal. La cuenta atrás ha empezado; el tren sin frenos está a punto de chocar.

De mi puño y letra








De mi puño y letra te escribo estos versos.
 De un alma doliente que muere en la noche.
  Mi vida se convirtió en una isla sin dueño.
   Puño, que se retorcía con tu recuerdo helado de frío.
    Y guardaba con delicadeza en mis bolsillos gastados.
     Letra a letra sangraba este poema.
      Te olvidé en mis noches oscuras y sonámbulas.
       Escribo hoy porque es mejor desechar lo malo.
        Estos recuerdos no son sanos para una mente brillante.
         Versos que se diluyen como agua entre tus manos.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Mente fría

Me mordiste la pierna en un arrebato de pasión.
Estabas sobre mí a punto para la invasión.
Las propiedades de la suma te las dejo para ti, yo soy más de letras y de humanismo pacifista.
TIENES LA MENTE FRÍA.
Úsame, pero con moderación, sin destrozarme el corazón, sin ataduras estúpidas, sin rencores.
Búscame en el polo norte, yo te daré calor en tus noches disipadas de burbujas inútiles.
Bésame, pues no lo haces lo suficiente, mente fría. Parece ser que eso significa para ti algo más trascendental, algo que va más allá de lo íntimo. No quiero nada de ti, sólo encuentros dispares en ocasiones contadas.
Ahora sigo con la invasión, estás encima mío y me muerdes la boca, pero sigues sin besarme, me rehuyes constantemente, y yo tampoco te busco.
Me dejo llevar cómo la corriente electrizante que recorre nuestros cuerpos semidesnudos.
No hay apenas pasión, no hay sabores ni olores peculiares, todo es aséptico, frío, inherente. Madura mente fría, madura.
Soy toda una mujer, pero tú no te has dado cuenta.

La chica de los martes




Ahora lo sé, después de investigar y de meses de estar contigo, lo se ciertamente, no me quieres. Y nunca lo harás pues nuestras conversaciones se basan en una hora y un lugar en concreto y jamás las cuestiones personales salen a relucir. Soy una nada para ti, me siento ninguneada cada día que pasa, esperando una buena conversación que simplemente se diluye es desaciertos transitorios. Nuestros encuentros solo transcienden en lo físico, en la penetración pura y dura sin sentimientos, casi sin besarnos y en diferentes posturas para alcanzar el orgasmo más brutal.

Ahora lo sé, soy la chica de los martes, la de las 17:30. Primero un café, cuatro palabritas y nos dirigimos al hotel más cercano. Cojo tu sexo y lo degusto como el primer café con leche que hice contigo, lentamente, deseando que nunca se acabe y quedándome con ganas de más pues siempre me sabe a poco. Por mucho que diga que sé de tu juego sucio, en realidad no se nada de tus tretas con las otras que te tiras. Eres un cazador que busca sus presas allá donde otros no llegan, en cafeterías y mejor de día. Les brindas tu mejor sonrisa y ellas caen rendidas a tus pies, como me pasó a mí – que incrédula que fui – ahora lo sé.


Ahora lo sé. Simplemente he cambiado mucho y no estoy desatado como piensan muchos de mis amigos. Tengo una chica para cada día de la semana excepto los lunes que descanso como cual dios en domingo. La chica de los martes es la que más tiempo te ha durado. Es fría, lasciva y te la come como nadie y por eso no la sueltas. Alguna vez la has obsequiado con un intento de amor más sincero pero ella te ha rechazado con su mirada más glacial y se ha despedido de ti esperando tu mensaje de todos los martes. La deseas como a ninguna y estas dispuesto a darle un poquito más de cariño pero todo luego queda en agua de borrajas. Aparece otra chica en otra cafetería y ya deseas desnudarla y meterte entre sus piernas y darle mucho placer con tu lengua inquieta y nerviosa. Necesitas variedad, ahora lo entiendes. Es muy difícil para ti tener a una sola mujer en tu cama, eres infiel por naturaleza, ahora lo sabes. Soy frío y calculador – ahora lo sé –. 

viernes, 20 de septiembre de 2013

Dos instantes: El tuyo y el mío





El mío:

Desnudarte y acariciarte sin resuello. Volar como dos gorriones en primavera y revolcarnos en la tierra. Beber de las fuentes y los riachuelos, comer del fruto de los árboles y del campo. Vivir en armonía. Follar como locos sin detenimiento y contemplar las nubes. Fundirnos en el tiempo eternamente y olvidarnos del reloj. Sentir tu pasión y cómo te derramas en mi, sin contemplaciones. Ver estaciones de tren pasar y que se nos desgaste la ropa. Beber de tu boca cada amanecer y que mi olor te siga allá donde vayas. Sentir tu aliento en mi cuello cuando dormimos, y soñar con otros dioses ya olvidados.

El tuyo:

Ver tu sonrisa cada amanecer y acariciarte los pechos. Morderte la boca en instantes salvajes y sentir tus contracciones de placer y como te retuerces debajo mío. Tomar un café dulce a tu lado y mojar tu dedo en mi boca y dejar que recorras mis labios y que me mires a los ojos y me hagas tuyo. Compartir un domingo en bicicleta y contemplar atardeceres dorados. Bañarnos desnudos en la playa y acariciar tu sexo en el agua. Reírnos como dos descosidos y dar gracias por haber encontrado nuestro roto.

jueves, 19 de septiembre de 2013

I'm a Cam Girl


I'm a cam Girl, chica inquieta y coqueta a la vez. Siempre estoy dispuesta, abierta 24 horas, sin descanso, cobro por horas, por fracciones de minuto, por fracciones de segundo. Pagada por horas, horas aburridas repitiendo un patrón. Te anhelo, se que solo quieres una cosa de mi, que me muestre sexy, picarona, desnuda ante ti. Pero mi trabajo me apasiona y te espero, te espero impaciente.

I'm a cam Girl y pinto mis labios con un rouge salvaje y desaforado, que no pega nada con mi cara de niña buena transformada con maquillaje de teatro. Soy tu prostíbulo de las 19.30, hora inamovible por tu mirada escrutadora de voyeur. Pagas la conexión y aparezco como una rosa en primavera, fresca, mojada por el roció de la mañana. Soy tu musa perfecta, tu ninfa, la única mujer que no te falla. Mientras dure la conexión degustaré una piruleta en forma de corazón, con fruición, con lascivia, dejando que mi lengua, implacable, distraída, juguetee con ella para que tu sueñes e imagines que recorro tu sexo caliente.

I'm a cam Girl y me pides un tributo por esa conexión. Debo llevar picardías que se entremezclen con tus estados de ánimo y con la belleza de los días que pasan. Los lunes son negros, porque negra es tu alma. Los martes son verdes como esas manzanas ácidas, verdes, porque aún hay esperanza de que quieras algo más de mi. Los miércoles son naranjas y pasionales, los jueves azules y algo fríos como tus labios que no puedo besar. Los viernes rojos y sexys en los cuales me fumo un cigarrillo largo, cual prostituta esperando un gemido. Los sábados son rosas con cierto encanto infantil, con lazos del mismo color en mis trenzas. Y por último los domingos toca desnudarse de blanco, porque llevo un camisón romántico con flores rojas enredadas en mi pelo, tristes peonías que se marchitan en mi cabello.

I'm a cam Girl, y visto perlas del pacífico bellas y abrumadoras. Diamantes de tiffany's tan brillantes como la luna. Esmeraldas dispares como los mares del sur y rubíes tan rojos como la manzana de la bella durmiente. Nunca fui engañada pues jamás un hombre de verdad se enamoró de mí. Yo juego con tu destino, voy tejiendo finos hilos de colores y como Penélope a la mañana siguiente deshago el entuerto. Intento descifrar lo que esconden tus ojos infinitos, pero no puedo, no puedo descubrir el abismo insondable que hay en ellos.


I’m a cam Girl, I’m a cam Girl, I’m a cam Girl.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Akaki Akakievich




Tus libros desordenados, tus estanterías llenas de polvo de semanas, tu cama revuelta sin hacer durante meses... rutina del absurdo que no te deja avanzar.
Siempre haces lo mismo, puede que tengas pretensiones en la vida, pero te acomodas sin remedio. Eres entrañable, pero a la vez te pareces a Akaki Akakievich, eres una persona que está malgastando una vida humana.. También vas más allá de lo universal, trascenderás en el tiempo - aunque por no hacer lo que debes - te convertirás en espíritu y desearás realizar los proyectos que no pudiste a su debido tiempo ya convertido en espectro.
¿Sabes? No vale la pena. La venganza no te devolverá tus pretensiones perdidas.

domingo, 18 de agosto de 2013

Plan Maestro

Y si, jugamos al Cíclope, como en Rayuela, pero para que nuestros labios se rocen, sólo rozarse, sin más intención que permanecer en contacto perpetuo. Siento que tu respiración se torna pausada, te quedas sin aliento. Me pides que te bese una y otra vez, y me acaricias tanto que pierdo el sentido de la realidad, y aparecen mis jadeos de inmediato, mis quejidos de placer, ya que tu me empapas de caricias.
Siento que estoy en un gran plan maestro, dando pasos, acercándome a mi destino. Me hago fotos de mis pies siempre que puedo
Estoy ligada a mis pasos, a la realidad. Sé por dónde piso, no es un camino de rosas, tampoco de espinas, que te voy a contar. Escribo poco y a deshoras, cuando no toca, ¿que quieres que te cuente? Hablo sin parar y a veces no se me entiende, será porque mezclo dos lenguas.
Sigo pensando en ti, no me he olvidado. ¿Que miras? Te pregunto. Nada en particular, o todo en conjunto. Las sombras que se posan en tu cara, tus ojos, tu nariz, tu boca, tus rizos que caen en bucle. Me gusta acariciarte, quiero estar haciéndolo a cada rato. Y me pides otra vez que te roce los labios, y me acostumbro a tu aliento y a que me desgarres sin querer el corazón. Nos movemos entre sombras, entre dos mundos paralelos. He viajado hasta ti, siguiendo mi plan maestro, mi destino, llámalo como quieras. Yo sólo creo en el universo y en los toques de atención que me manda: El picotazo de un pájaro maldito, un bocadito de mi gata, un tropezón, la picadura de un insecto no llegar a tiempo para diversas situaciones de la vida...
"Todo pasa por algo" ¿Qué coño de filosofía es esa? Quiero ser mala, malísima, tan mala que me tengan que recoger con palas.

miércoles, 26 de junio de 2013

Asesinada


Salvajemente asesinada por tu miembro he quedado muerta. Yazco entre las sábanas de seda de mi oscura habitación; estoy muerta, sin pulso, con las pupilas dilatadas y los brazos extendidos en cruz. El perfume de tu sexo impregna todo mi cuerpo, toda la habitación y me ha embriagado por completo. Salvajemente asesinada por tus besos, por tu lengua afilada y obscena que no ha dejado rincón de mi cuerpo sin estocar. En mis oídos aun puedo escuchar tus jadeos, tu dulce voz, tus palabras ingratas y estremecedoras: voy a asesinarte de placer y te abandonaré ya muerta en tu cama. Entre una confusión de cuerpos, manos y pies me asesinaste salvajemente. Yazco muerta por tus continuas penetraciones. Ya nunca más volveré a recobrar el aliento; te lo llevaste contigo y me avisaste pero yo no lo creí.

Llegaste como un vendaval a mi vida y te fuiste destrozándolo todo como un tornado furioso y dejaste mi vida desordenada y confusa. Y para acabar de rematar tu violencia innata, yazco ahora muerta entre mis sábanas de seda. Lo preparaste todo a conciencia, tu coqueteo estúpido, el aleteo de tus pestañas como inútil mariposa, tu sonrisa torcida y anacrónica, tus ojos oscuros y profundos, tu aliento ácido y tu saliva caliente…

Pensé estar contigo en el paraíso, pero lo que no sabía es que acababa de abrir la puerta a los infiernos, intenté escapar, pero no me dejaste, me abrazaste fuerte y me hiciste sentir como una niña miedosa. Pasamos tardes calientes y bochornosas en el infierno con las manos entrelazadas, yo cabalgándote desaforadamente y tú con las manos en mi cintura pidiéndome más.

Cuando por fin escapé, y volví a retomar mi vida, no lo aceptaste y te llevaste mi alma, porque mi cuerpo ya no te pertenecía, ya no me pertenecía. Es por eso que yazco muerta entre mis sábanas de seda. No supe ver tus ojos de diablillo travieso…

Contornos



En la tarde adormecida sigo tus contornos y no me importa que sean imperfectos. Resigo tu rostro cansado, tu mueca torcida, tus arrugas desprovistas de toda delicadeza, tus manos que se confunden con las mías. Resigo un sinfín de líneas que me llevan a tu cuerpo desgarbado y voluptuoso. Amo tu imperfección que al igual que la mía, son desordenes de nuestra propia naturaleza. Aun así tengo la convicción de que somos seres perfectos pero que pasamos desapercibidos por este mundo inconstante y desordenado. La tarde languidece junto a nuestros cuerpos imperfectos y tus dedos resiguen mis curvas deshonrosas y pasadas de moda. Con todo, sigo amando  el sentimiento mutuo que nos profesamos, los gestos dulces, los besos que me recuerdan los años vividos, las caricias sedosas que son tuyas y mías.

Has quebrantado toda mi voluntad, has penetrado en mí una y mil veces en un juego infinito de delirios placenteros. No hay rincón de mi cuerpo que no se excite con cada acometida que me prodigas. Nuestras lenguas desbocadas se unen en una especie de rito transmitido por los ancestros. Nuestros contornos se confunden en esa tarde errática y melancólica.

En la tarde denostada se unen nuestros contornos para fundirse en uno solo. Solo los buenos amantes entienden ese momento acaecido en esa fragua ardiente, que llega a  forjar un solo cuerpo majestuoso, apolíneo, incandescente, envuelto en pura eternidad.  Navego en tu cintura y en ese deleite nos dejamos llevar hasta alcanzar un orgasmo cósmico, mezcla de un Big Bang descontrolado henchido de un éxtasis lujurioso. Es entonces que exploto en miles de pedazos, y los voy dejando en cada esquina recordada por ti; exploto en miles de fragmentos que deposito en esta alcoba para que sueñen contigo. Exploto junto a ti en un torrente de lágrimas que se derraman incontroladas; y en esa explosión arrolladora te llevo conmigo en cada átomo de mi ser.

Y te seduzco para que vengas conmigo – más allá al infinito – porque sé que mis contornos ahora se desdibujan con los tuyos invariablemente.

Deslenguada




¡Ja! Que risa que me da. Me dijo que tenía la lengua muy larga y que quería escarbar en mis profundidades con ella. Cada noche quería follarme por escrito, pero yo no le dejaba porque me encantaba jugar a ser una princesa destronada. También me dijo que la tenía grande, muy grande, pero eso a mí me traía sin cuidado. Mucho blablabla, pero poca acción; demasiados desastres en mi vida ya. Los charlatanes transcurrían por mi vida como las lágrimas vertidas por culpa de ellos. Altos, bajos, feos, guapos, despistados, bipolares, locos de atar... Pocos eran los que dejaban una huella indeleble en mí. Pocos eran los que me hacían palpitar el corazón.

 ¡Ja! Que risa que me da. Yo llevaba la falda muy corta y un una camiseta de tirantes. Me pasé un verano entero con esa falda minúscula que a ratos se resbalaba ella solita junto con mis bragas. Necesitaba amor. Mucho amor, y ¿que queréis que os diga? Sexo también. Aprendí a beber cerveza y a caminar con paso firme y seguro, como una diosa poderosa dadora de vida. Pasé de rubia tonta a pelirroja divertida y cuando me cansé de tanto deambular vestida de fuego me calmé un poco y me convertí en una morena inteligente.

¡Ja! Que risa que me da. Morena inteligente… El follador que me follaba por escrito cada día se superaba a si mismo. Me encantaba su lengua larga, larga, que intentaba lamerme a través de las palabras. Y su sexo que apuntaba al cielo cada vez que yo abría la boca para recibirlo. Poco a poco construíamos una historia sexual que no se correspondía con la realidad. Aunque éramos tiernos como magdalenas recién hechas ya no hubo remedio para nosotros, por mucha masturbación conjunta y orgasmos al unísono.

¡Ja! Que risa que me da. Se nos acabaron las palabras, ya no sabíamos cual utilizar para seguir follándonos por escrito. Una pena según tú, y dejamos de gustarnos. Me propusiste quedar, pero yo prefería seguir leyendo literatura erótica que quedar con un tipo que se le habían acabado los recursos para follarme por escrito. Seguí buscando en el diccionario palabras rocambolescas y así volver a cazar a un desvergonzado como yo.

 ¡Ja! Que risa que me da. Muy pocos saben ambientarse en un entorno verdadero y buscan el entorno virtual para ladrar igual que los perros. Aúllan a la luna en busca de una hembra en celo que apacigüe sus instintos animales. Beben los vientos por ninfas desesperadas en busca de un poquito de amor. Pasé por estados alterados disfrutando cada paso que daba y compadeciéndome después por lo acontecido. Llegué al extremo de no entenderme a mi misma porque mis etapas de vida no se correspondían con mi edad verdadera.

¡Ja! Que risa que me da. Pinté mis uñas con tonalidades oscuras y me propuse soltar mis quejas al viento para que este, se las llevara lejos, lejos a los hielos infinitos. Busqué otras manos que acariciaran mis pechos y que me dieran treguas descosidas. Me compré otra falda más corta y otra camiseta de tirantes, pero esta vez todo con un ligero toque de arco iris. Busqué palabras deslenguadas en bocas promiscuas que me alegraran la existencia cotidiana. Los corazoncitos de colores se acabaron para mí. Volví a mis risas sardónicas de siempre, y finalmente encontré a otro follador lascivo que volvió a follarme por escrito.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Dibujarte


No me conocías pero una mañana fría de abril esbozaste mi silueta con trazos furiosos y desbocados sobre tu lienzo gastado. Breves imágenes se aparecían ante ti pero solo cuando llegaba el ocaso y ya destrozado sucumbías a Morfeo, en ese preciso instante intuías ese cuerpo femenino que tanto te provocaba. Soñabas conmigo noche tras noche y en tu eterna obsesión – ya que tan solo se te revelaba una fracción de mi anatomía –  día a día dibujabas una parte de mi cuerpo, como a pedacitos; ahora una mano que recorría tu espalda, ahora unas piernas sinuosas abiertas al abismo, un pecho voluptuoso encajado en tu boca. Fragmentos de imágenes se clavaban en tu retina, olores, sabores truculentos, sonidos de risas cadenciosas. Como en un collage, ibas colgando los dibujos en la pared de tu estudio y enfrascado en tu enajenación decidiste buscarme en los rostros de la gente que transitaban junto a ti, de camino al trabajo, de vuelta a tu casa, en el bar donde cada mañana hacías el café.

Pasaron los meses y ya me tenías completamente dibujada, pero no podías darle vida a ese garabato insensible y carente de vida que representaba mi cuerpo, querías poseer mi alma y todos mis sentidos, pero era improbable porque los rostros mudaban una y otra vez.
Como una Sibila, yo también te soñaba entre mis sábanas juguetonas. Anticipaba tus sueños vinculados a los míos. Mis labios se entumecían con solo pensarte, mi pecho se erguía, mi piel se erizaba con solo pensar en el roce de tus dedos, como una onda eléctrica, la explosión transitaba por todos los rincones de mi cuerpo y se centraba en mi sexo engreído que anhelaba ese engranaje perfecto, con tu miembro presto a sucumbir en una vorágine arrolladora que nos condujera a la locura. Yo sabía a ciencia cierta el día exacto de nuestra tentación más sublime, de nuestro encuentro más arrollador, de la sed, la eterna sed que sentían nuestros cuerpos por apagarse el uno en el otro. Y llegó la roja seducción entremezclada con el fuego incandescente del delirio abrumador. Llegó la hora tenue, la vida desvelada, los besos azul eléctrico que desencadenaban chispas de estrella. Llegó el encuentro que se posaba en nuestra mirada profunda, ansiosa, destructora de nuestros envoltorios desechables como mi vestido, tu camisa y pantalón, la ropa interior, que denostados iban cayendo como pétalos de flores en el suelo.

Ausencias y presencias estallaron en el olvido. Más tu, si tu, dibujante ingrato, te obsesionaste con otro retrato y yo Sibila caída en la desdicha, olvidé mis predicciones y sucumbí al encanto de tus besos nefastos.

domingo, 26 de mayo de 2013

Charlas trascendentales de la existencia cotidiana

- Y dime, ¿cómo estás?- le preguntó ella
-Pues el otro día no hablamos mucho porque estaba agobiado, cansado y un poco rayado-
- Vaya, ¿otra vez rallado? Al final no va a quedar nada de ti con tanto rallamiento, como cuando rallas queso-
- Me encanta eso como concepto, te lo voy a robar, jeje-
- Hoy es que estoy un poco poética filosófica, me pasé la tarde leyendo poemas de Mario Benedetti para inspirarme en mis relatos-
-Pues vaya tarde necrófila, ¿sabes que está muerto, no?-
- No, pero más o menos lo intuía-

- Bueno ¿y tú como estás?- le preguntó él
- Pues un poco depre –
-¿Y eso? ¿Qué te pasó?-
- Siempre pienso que cuando estoy bien me suceden cosas que me llevan al pozo de vuelta-
- ¿Por que en verdad crees que te sacan a pasear, ver el sol y luego se termina la vuelta y de nuevo a encerrarte como cual Dragón? –
- Que bonita metáfora de mi situación personal, me vas a hacer llorar y todo-
- ¡Que heavy que estás!-
-Me ha gustado que no utilizaras a un perro en esa frase, Dragón ha quedado más sublime-
-Si, es que yo soy sublime de por sí, normal que lo que me rodea brille-

miércoles, 8 de mayo de 2013

Caja de Bombones


Me regalaron una caja de bombones y no pude resistir la tentación de mordisquearlos todos, de probarlos todos y esperar a la alquimia de la pasión, tú me gustas, tú no;  como una niña maligna y aburrida que juega con todos ellos. Busco algo apetecible, nuevo, diferente, que se yo. Por fin doy con el bombón deseado, ese que me ha dejado un regusto amargo pero que no puedo dejar de paladear. 
Te elegí a ti, bombón de chocolate negro, el menos apetecible pero el que me dio más sabrosura que otros, más placer, más locura. Encontré ese éxtasis frenético, esa pulsión química, mágica, de dos cuerpos calientes masturbándose. Estoy desnuda, me miras y ya no me puedo esconder debajo de la ropa porque me muestro tal y como soy, sin envoltorios sintéticos y me muestro en todo mi esplendor con mis pechos reclamando tu boca y mi sexo reclamando tu verga.

Te saboreé hasta el infinito, lamí cada rincón de tu cuerpo, olí tus cabellos, tu sexo, tu sudor. Bebí de tu saliva, caliente, suntuosa. Te mordisqueé todo lo que me dejaste, hasta acabar contigo, con tu pulso, con tu último aliento de vida. Lo siento, lo que no te dije es que soy una mantis religiosa, no dejo títere con cabeza, me puede la gula. Adiós bombón de chocolate negro, ¡Hola bombón de praliné!

Todo esta bien


No puedo dejar de ser como soy, si no lo aceptas, aléjate, aléjate lentamente y por favor, no hagas ruido. Soy un poco sensible al ruido ambiental, a los lamentos y a los sollozos. Hace tiempo que se que es mejor permanecer en el olvido, y dejar que las cosas vengan a ti, aunque sea con cuenta gotas. Es más bonito no pensar, es más racional.  Es mejor ir descalza sobre la hierba en un día de primavera, sobre las diez de la mañana y sentir que estas viva. Es mejor soñar con un paseo por la playa una noche cálida de agosto y dejar que las olas acaricien tus pies. Es saludable ir a toda prisa porque llegas tarde, siempre llegas tarde, pero aún así eres encantadora o simplemente lo pareces.


Esta bien leer sola en un bar, y parecer interesante mientras te has refugiado porque te quedan horas muertas y te tomas un café y parece que esperas a alguien. Y de pronto aparece un chico muy simpático y te vende un poema impreso en una hoja en blanco. Esta bien sentarte en un banco y que te hagan una encuesta estúpida sobre alfombras y que el encuestador encima te tire los trastos; esta bien que te hagan sonreír, porque tu sonríes así también. Todo esta bien, todo esta bien.

Es divertido reír aunque sea por una conversación mantenida con tus amigas que están más locas que tú, que poseen mucho ingenio y saber hacer y no pueden dormir un sábado por la noche. Por fin cae el silencio y llega Morfeo y me entrego en sus brazos, nos entregamos a él, porque esta bien dormir, esta bien. Es mejor volver al seno materno cuando te encuentras perdida y dejarte cuidar. Nunca te sentirás desarraigada, porque tienes un lugar donde volver aunque no sea la opción escogida por ti.

Es mejor tener algo que nada. Es mejor no esperar nada. Todo viene solo, despacito y sin hacer ruido, que es como más me gusta. Es mejor vomitar palabras sin sentido en un cuaderno de notas que guardarlas dentro de ti y que te hagan daño. Es mejor escribir irracionalmente sobre sucesos cotidianos que sobre sucesos extraordinarios. Lo cotidiano es más picante y divertido. Lo extraordinario me hace pensar y me aburre pero también me gusta imaginar y soñar con el paraíso.

Busco polos opuestos, que se atraigan con solo rozarse la piel. Busco girar el universo y dejarlo cabeza abajo sólo por un ratito y contrariar al mundo y reírme por un momento del desbarajuste ocasionado. Busco voltear la luna y mostrar su cara oculta y darte un beso en el momento propicio y pillarte por sorpresa. Busco rozarte lento y no dejarte escapar. Busco desentrañar el oscuro abismo de tu mirada y que me cuentes tus secretos más turbios. Busco el sol, la luna y las estrellas y paranoias varias. Busco, por buscar que no quede, un silencio eterno, huir de mis pensamientos absurdos, una noche de placer entre tus piernas, un sabor amargo para despertar de mi inconsciencia y busco esa boca perfecta que se una con la mía, aunque de momento solo tenga intentos suicidas desesperados.

domingo, 24 de marzo de 2013

Metempsicosis



Quiero escribir como un cirujano, diseccionando, abriendo y cortando la piel, usar instrumentos quirúrgicos para sajar la carne y extirparme el corazón. Quiero salir del sopor de los días y de las horas, de la quietud de mi cuerpo, de la pérdida de mi norte, de mi vida congelada, de tus acciones contradictorias. Nada importante acontece, solo vidas efímeras, horas muertas que voy perdiendo, tristes lamentos hipnóticos.

Los días de invierno se fueron, llegó la primavera y un poco de sol iluminó mi sonrisa. Te perdí, pensé que eras alguien especial, pero no intentes buscarme, ya no soy la que era, ya no se quién soy. Me convertí en un retrovirus letal que deshizo a mi antiguo yo y me desprendió de él. Ahora soy más observadora, silenciosa, o tal vez más estúpida. Llena de historias me dispuse a escribir sobre aciertos y errores alternativos, utópicos, condescendientes, metamórficos, independientes.

Duermo como si nunca llegará a despertar; tomó café, la noche y el día se confunden y sueño con símbolos que tienen un significado para mí y con amores ya olvidados por supuesto. Estoy esperando mi metempsicosis, mi transmigración a otro cuerpo más perfecto porque este se llenó de defectos y ya no me sirve, se paró, ya no le saco provecho. O tal vez es mejor quedarse quieta y esperar y esperar.

Escribo, escribo, no paro de escribir. Miro las nubes incomunicadas, algunas son únicas: cirrus, iguales que mi pelo rizado y enredado, Nimbus, llenas de lluvia, cumulus o nubes “baratas”, stratus llenas de capas. Jugamos con el destino nos reímos de él, nos encanta burlarnos de él. Pero es tarde, es tarde para complicarse la vida,  la vida es demasiado compleja. Los recuerdos pueden doler o no, ya es hora de dar un paso adelante y reírse de ese pasado que es pasado, ya no existe, se alejó de nuestra existencia.

Voy en un coche por una carretera bacheada, y por equipaje llevó una maleta llena de sinsabores. En la próxima gasolinera me desharé de ella, es demasiado decrépita, ajada, pesada y en realidad está vacía, ya no me pertenecen esos objetos que contiene. Debo reinventarme, empecé a hacerlo, pero me rendí. A veces es mejor parar, tomarse un respiro y salir de nuevo al gran teatro que es la vida.

Somos instantes puros, desconsolados, magnéticos algo arrolladores que nos atrapan y de los cuales no podemos escapar. Cajas de Pandora que se desatan de pura pasión, llenas de extraños males para la humanidad, pero ahí está el cielo azul, ese cielo azul que queremos tocar con las manos, que nos libera, y tus ojos que mienten a cada paso que das y me dicen lo contrario que con tus actos me quieres mostrar. Puede ser que me vuelva indiferente y que no me crea nada, ya no me creo nada.

Giro como la rueda de la vida, como un molino de viento, como el girar incesante del mundo. Es mejor esperar un suspiro que nada, un mensaje, una palabra, una conversación a altas horas de la mañana, un mail olvidado, un “¿cómo estas?” que nunca llega. He perdido muchas cosas en la vida, he dejado pedacitos de mí en cada esquina, gestos, caricias, risas. La vida se diluye, como agua entre mis manos, como agua entre tus manos.

Cambiaré ese “no” por un si, por un “si puedo”,  empezaré a sumar y a dejar de restar. Basta de fatalismos estúpidos. Basta de princesas de purpurina, basta de cosas que siempre suenan a triste. Mi metempsicosis llegó, abrí los ojos, hay oportunidades que no se pueden dejar escapar.  Voy a escribir en un papel, voy a hacer una línea divisoria, lo bueno y lo malo. Puede que no esté tan bien, pero mi destino es que reluzca la verdad y si mis pasos me vuelven a llevar hacia ti, haré como los cangrejos y te perderé entre la niebla. Y aunque siga pensando que estamos conectados por un fino hilo rojo, tejido por las Parcas que conectan nuestros destinos, cortaré ese hilo con un bisturí, como cuando un cirujano corta la carne para una operación. Y mandaré a las Parcas al Averno.

No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas… Walt Whitman

martes, 19 de marzo de 2013

Perderte




Y perderte, y perderte en pueblos en donde el tiempo está congelado, los árboles desnudos, y el campanario de la iglesia hace años que enmudeció. Y perderte, y perderte en un océano de nubes de tormenta, en caminos equivocados, en situaciones inesperadas. Y dejar, y dejar que las lágrimas lleguen como la tempestad y añorar risas que ya no escucharemos más.

Cuentos Descosidos II







"Empieza por no ser. Por ser no. El caos es negro. Como es negra la nada". (J. Cortázar)



Buscando un lugar en el mundo, me encontré contigo un lunes por la tarde. Charlamos y charlamos sin parar, y la conversación acabó por otros derroteros; te acerque hacía mi y la pasión se desató. Te encontré desvistiéndome  tumbada en la cama y preguntándome mis preferencias sexuales. Allí había puro instinto, animalidad insana, salvaje, desquiciada, puro vicio, lujuria manifiesta en nuestros actos. Me liaste entre tus piernas con la fuerza de mil ejércitos. Tacto, olfato, gusto,sentido, se entremezclaron en una suerte de batido para degustar una tarde bochornosa, caliente, desproporcionada... Que pasó? Nunca se supo. Puede ser que se juntarán dos huracanes en acción, puede ser que nos pudieran las ganas.
Se hizo de noche y volvimos a casa. Yo cogí el tren, tu el coche. Nos alejamos unos cuantos kilometros siempre en dirección opuesta. Esa sería la tónica de nuestra extraña amistad.


Me espere al día siguiente, sin pensar que nos volveríamos a ver, pero el teléfono sonó con su leve bip! Un mensaje con una invitación retórica, con respuesta abierta, con puntos suspensivos a volver a repetir entre tus piernas...
Me hiciste escribir estupideces varias sobre la existencia humana, sobre las relaciones, sobre la vida, sobre los juegos de máscaras. Pero me hiciste escribir, incluso refritos absurdos. Empecé por no ser, empecé a crear, y confundí la realidad con lo que escribía.
Pero los refritos nunca salen bien, las conversaciones inacabadas son como los puntos suspensivos. Se quedan de par en par, aunque llegabas tu y las cerrabas. Inventiva, pura inventiva son mis escritos, porque jamás coincidirán con los tuyos. Tu fuiste el no, siempre el maldito no.


Ahora quiero jugar a lo que tu quieras. Pongamos primero que te seguiré escribiendo. Pongamos segundo, que te seguiré escribiendo. Pongamos tercero, que algún día me contestas.
Pongamos cuarto, que por cortesía retomamos las relaciones cordiales. Pongamos por último que nunca más volvemos a vernos. O si? De ti depende... Caos y nada se entremezclan a estas alturas. Luego está mi visión fatalista del mundo, mis impulsos descontrolados, mis emociones a flor de piel.
Mi vida se ha convertido en un puzzle y las piezas se han perdido entre los libros que he dejado colgados, entre la ropa revuelta de mi armario, entre mi estantería desordenada. Las recojo, las voy armando. Pero aún necesito encontrar las que me faltan.

jueves, 3 de enero de 2013

Si vives desde el corazón vives el presente

Después de mi búsqueda inconstante del amor, de intentar encontrar la pasión en cada encuentro, en cada beso, en cada boca que besaba, creo que me planto. Este año ha estado lleno de enseñanzas sobre la vida, sobre el amor, sobre mi propia existencia y la de los demás. Quien me quiere, ha intentado aportar algo a mi vida, intentando que escogiera el buen camino. Yo, como soy una inconstante de la vida siempre elegía el mas tortuoso, para divertimento de mis más allegados, que se lo pasaban "pipa" a costa mía. No es un reproche, yo también me río de mi misma, pero esto ya pasa de castaño oscuro.

Descentrada, equivocándome a cada paso que daba, he dejado escapar oportunidades valiosas que me brindaba la vida. Otras las he cogido al vuelo, levitando, dejándome llevar. Pero en "ese dejarse llevar" también me he equivocado, así que vuelta a empezar, de cero, en el abismo, saliendo del pozo otra vez, aunque menos mal que siempre tengo una mano salvadora que me tiende la cuerda para que yo escale hacía el exterior, hacía la luz, en un nuevo renacer.

He hablado con muchas personas este año pasado y últimamente he conectado con pocas, en especial dos que me han recordado quien soy y me han dado algo de energía. No son personas conocidas, no son amores olvidados, son personas que me han transmitido una enseñanza. Somos seres perfectos, pero debemos creérnoslo y primero de todo debemos sanar las cuestiones que nos atormentan, pedir perdón y continuar con nuestras vidas. Estar abiertos a cualquier posibilidad, dejar que todo fluya, poquito a poco. Y sobre todo hacer lo que queramos con nuestras vidas y no dejar que nos digan lo que tenemos que hacer. A su vez, somos seres completos, no necesitamos de nadie para completarnos.

Además existe la ley de la atracción. Atraemos a personas afines a nosotros que han pasado por situaciones similares a las nuestras. El universo nos manda toques de atención para que reaccionemos, mediante personas, situaciones y hechos que nos trastocan. Azar lo llaman algunos pero es una verdad inabarcable. Debemos aprender a cambiar la vibración del corazón, y esto ya me lo han recomendado dos personas fantásticas que han entrado en mi vida cuando más lo necesitaba, en mis momentos de bajón absoluto.
Cree y crearás. Creer en uno mismo, en tus posibilidades, en todo lo que puedas abarcar con tus manos, tu vida, tu destino, tus sueños e ilusiones. No hay nada establecido, tu decides tu camino. Si vives desde el corazón vives el presente. Aprende a sanarlo, no es fácil lo sé. Yo justamente estoy empezando a hacerlo.