martes, 24 de marzo de 2015

Instantes de placer






De pequeña cazaba mariquitas para verlas volar; las cogía y dejaba que recorrieran mis manos hasta llegar a la punta de mis dedos y era en ese instante que abrían sus alas y me abandonaban emprendiendo el vuelo hacia la libertad. Nunca llegué a capturarlas para verlas morir, o torturarlas, sólo lo hacía para verlas volar. Me gustaba seguir el recorrido que hacían en mi piel y sentir el pequeño cosquilleo que me producía aquel insecto tan minúsculo.


A veces creo que por instantes de placer he sido engañada y mi alma arrancada y vendida al diablo. He sido la única para ti el tiempo suficiente para que me utilizaras a tu antojo y me hicieras volar como esa pequeña mariquita. Yo posada en tus manos, recorriendo tu piel, ansiando la libertad de tu cuerpo.

A veces creo que he muerto por instantes de placer, anidada en tu pecho, enredada en tus brazos, perdida en tu boca. Enraizada en tu cama sin salir de ella cada noche, acudiendo a la llamada señorial de tu figura imponente. 

A veces creo que un instante de placer es verme mojada por la lluvia, porqué así nadie sabe que lloro y las lágrimas se confunden con el el agua regada por las nubes y aflora el diluvio que existe en mi interior. 

A veces creo que no existen los instantes de placer, que son sólo puro espejismo, como tus ojos, tus manos, tus necesidades ingratas hacia mi, tus mentiras compasivas, tu huida hacia ninguna parte y sin vuelta atrás. 

A veces creo que muchos amantes, por instantes de placer, ponen su vida en refugios llenos de falsedades; ponen su vida en entredicho y se diluyen en el tiempo para ser solamente corderitos huyendo del lobo. 

A veces creo que ya no creo ni en instantes de placer, ni en la verdad de tus historias, ni en estrellas pérdidas ni en puñetas varias. 

A veces creo,  no en eso no creo sólo a veces, creo en mi misma y en los instantes de placer que aún me quedan por vivir, aunque crea que todavía están por llegar, los verdaderos, los que se quedan eternamente aquí, conmigo. 

martes, 3 de marzo de 2015

Sin alas








Sé de un sitio donde dejan entrar a ángeles (Marwan)




Nunca me sentí el centro de tu universo. Más bien era un satélite orbitando alrededor tuyo, esperando que te decidieras a venir por mi y así ambos poder orbitar en el mismo sentido. La esperanza me sirvió para afrontar los días que no pasaba junto a ti y de ella me serví par atraerte contándote el mito de Pandora y llegar a albergar cierta esperanza de estar contigo, esa esperanza que se quedó en el fondo de la caja cuando Pandora la abrió y se expandieron todos los males, quizá el peor de todos ellos.

Corté mis alas por ti o eso intenté tan solo por seguirte y caer en una espiral de desamor, intentando una y otra vez llegar a tu corazón, tarea ardua e imposible. Cada vez que yo abría mi corazón venías con tus estúpidos argumentos y el candado se cerraba de nuevo. Volvía a ti una y otra vez como un ángel desprovisto de alas y la boca cerrada con cuatro puntos de sutura. Eras especialista en enamorarme en camas que no nos pertenecían y en darme caricias que me quemaban la piel.

Me deshacía en tu boca cada vez que te besaba y me perdía en tu mirada de diablo travieso y no me daba cuenta del los tres seises que albergabas en tus ojos oscuros, esos que me llevaban de cabeza a la montaña rusa más tortuosa jamás construida. Para ti era la chica tremenda que no entendía de tus desajustes cerebrales y emocionales y la que no te daba tiempo, ni lugar, ni espacio. Estando desprovista de mi coraza protectora decidí volver a vestirme con ella, está es nueva, más ligera por si un día decido caminar más liviana y volver a despojarme de ella.

Una mañana fría de enero mis alas volvieron a crecer y la sonrisa volvió a mi rostro. Entré en el antro de los ángeles caídos, aquellos que aún deben expiar sus pecados dando gracias al universo por continuar en la tierra. Me instaron a pedir mis deseos al universo y a dejar de proyectar mi realidad más abrumadora. Si escribo esto es porque te dedico un último adiós. Renacida vuelvo a volar ya sin trozos que juntar en este puzle,por fin acabado.