viernes, 27 de septiembre de 2013

Mente fría

Me mordiste la pierna en un arrebato de pasión.
Estabas sobre mí a punto para la invasión.
Las propiedades de la suma te las dejo para ti, yo soy más de letras y de humanismo pacifista.
TIENES LA MENTE FRÍA.
Úsame, pero con moderación, sin destrozarme el corazón, sin ataduras estúpidas, sin rencores.
Búscame en el polo norte, yo te daré calor en tus noches disipadas de burbujas inútiles.
Bésame, pues no lo haces lo suficiente, mente fría. Parece ser que eso significa para ti algo más trascendental, algo que va más allá de lo íntimo. No quiero nada de ti, sólo encuentros dispares en ocasiones contadas.
Ahora sigo con la invasión, estás encima mío y me muerdes la boca, pero sigues sin besarme, me rehuyes constantemente, y yo tampoco te busco.
Me dejo llevar cómo la corriente electrizante que recorre nuestros cuerpos semidesnudos.
No hay apenas pasión, no hay sabores ni olores peculiares, todo es aséptico, frío, inherente. Madura mente fría, madura.
Soy toda una mujer, pero tú no te has dado cuenta.

La chica de los martes




Ahora lo sé, después de investigar y de meses de estar contigo, lo se ciertamente, no me quieres. Y nunca lo harás pues nuestras conversaciones se basan en una hora y un lugar en concreto y jamás las cuestiones personales salen a relucir. Soy una nada para ti, me siento ninguneada cada día que pasa, esperando una buena conversación que simplemente se diluye es desaciertos transitorios. Nuestros encuentros solo transcienden en lo físico, en la penetración pura y dura sin sentimientos, casi sin besarnos y en diferentes posturas para alcanzar el orgasmo más brutal.

Ahora lo sé, soy la chica de los martes, la de las 17:30. Primero un café, cuatro palabritas y nos dirigimos al hotel más cercano. Cojo tu sexo y lo degusto como el primer café con leche que hice contigo, lentamente, deseando que nunca se acabe y quedándome con ganas de más pues siempre me sabe a poco. Por mucho que diga que sé de tu juego sucio, en realidad no se nada de tus tretas con las otras que te tiras. Eres un cazador que busca sus presas allá donde otros no llegan, en cafeterías y mejor de día. Les brindas tu mejor sonrisa y ellas caen rendidas a tus pies, como me pasó a mí – que incrédula que fui – ahora lo sé.


Ahora lo sé. Simplemente he cambiado mucho y no estoy desatado como piensan muchos de mis amigos. Tengo una chica para cada día de la semana excepto los lunes que descanso como cual dios en domingo. La chica de los martes es la que más tiempo te ha durado. Es fría, lasciva y te la come como nadie y por eso no la sueltas. Alguna vez la has obsequiado con un intento de amor más sincero pero ella te ha rechazado con su mirada más glacial y se ha despedido de ti esperando tu mensaje de todos los martes. La deseas como a ninguna y estas dispuesto a darle un poquito más de cariño pero todo luego queda en agua de borrajas. Aparece otra chica en otra cafetería y ya deseas desnudarla y meterte entre sus piernas y darle mucho placer con tu lengua inquieta y nerviosa. Necesitas variedad, ahora lo entiendes. Es muy difícil para ti tener a una sola mujer en tu cama, eres infiel por naturaleza, ahora lo sabes. Soy frío y calculador – ahora lo sé –. 

viernes, 20 de septiembre de 2013

Dos instantes: El tuyo y el mío





El mío:

Desnudarte y acariciarte sin resuello. Volar como dos gorriones en primavera y revolcarnos en la tierra. Beber de las fuentes y los riachuelos, comer del fruto de los árboles y del campo. Vivir en armonía. Follar como locos sin detenimiento y contemplar las nubes. Fundirnos en el tiempo eternamente y olvidarnos del reloj. Sentir tu pasión y cómo te derramas en mi, sin contemplaciones. Ver estaciones de tren pasar y que se nos desgaste la ropa. Beber de tu boca cada amanecer y que mi olor te siga allá donde vayas. Sentir tu aliento en mi cuello cuando dormimos, y soñar con otros dioses ya olvidados.

El tuyo:

Ver tu sonrisa cada amanecer y acariciarte los pechos. Morderte la boca en instantes salvajes y sentir tus contracciones de placer y como te retuerces debajo mío. Tomar un café dulce a tu lado y mojar tu dedo en mi boca y dejar que recorras mis labios y que me mires a los ojos y me hagas tuyo. Compartir un domingo en bicicleta y contemplar atardeceres dorados. Bañarnos desnudos en la playa y acariciar tu sexo en el agua. Reírnos como dos descosidos y dar gracias por haber encontrado nuestro roto.

jueves, 19 de septiembre de 2013

I'm a Cam Girl


I'm a cam Girl, chica inquieta y coqueta a la vez. Siempre estoy dispuesta, abierta 24 horas, sin descanso, cobro por horas, por fracciones de minuto, por fracciones de segundo. Pagada por horas, horas aburridas repitiendo un patrón. Te anhelo, se que solo quieres una cosa de mi, que me muestre sexy, picarona, desnuda ante ti. Pero mi trabajo me apasiona y te espero, te espero impaciente.

I'm a cam Girl y pinto mis labios con un rouge salvaje y desaforado, que no pega nada con mi cara de niña buena transformada con maquillaje de teatro. Soy tu prostíbulo de las 19.30, hora inamovible por tu mirada escrutadora de voyeur. Pagas la conexión y aparezco como una rosa en primavera, fresca, mojada por el roció de la mañana. Soy tu musa perfecta, tu ninfa, la única mujer que no te falla. Mientras dure la conexión degustaré una piruleta en forma de corazón, con fruición, con lascivia, dejando que mi lengua, implacable, distraída, juguetee con ella para que tu sueñes e imagines que recorro tu sexo caliente.

I'm a cam Girl y me pides un tributo por esa conexión. Debo llevar picardías que se entremezclen con tus estados de ánimo y con la belleza de los días que pasan. Los lunes son negros, porque negra es tu alma. Los martes son verdes como esas manzanas ácidas, verdes, porque aún hay esperanza de que quieras algo más de mi. Los miércoles son naranjas y pasionales, los jueves azules y algo fríos como tus labios que no puedo besar. Los viernes rojos y sexys en los cuales me fumo un cigarrillo largo, cual prostituta esperando un gemido. Los sábados son rosas con cierto encanto infantil, con lazos del mismo color en mis trenzas. Y por último los domingos toca desnudarse de blanco, porque llevo un camisón romántico con flores rojas enredadas en mi pelo, tristes peonías que se marchitan en mi cabello.

I'm a cam Girl, y visto perlas del pacífico bellas y abrumadoras. Diamantes de tiffany's tan brillantes como la luna. Esmeraldas dispares como los mares del sur y rubíes tan rojos como la manzana de la bella durmiente. Nunca fui engañada pues jamás un hombre de verdad se enamoró de mí. Yo juego con tu destino, voy tejiendo finos hilos de colores y como Penélope a la mañana siguiente deshago el entuerto. Intento descifrar lo que esconden tus ojos infinitos, pero no puedo, no puedo descubrir el abismo insondable que hay en ellos.


I’m a cam Girl, I’m a cam Girl, I’m a cam Girl.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Akaki Akakievich




Tus libros desordenados, tus estanterías llenas de polvo de semanas, tu cama revuelta sin hacer durante meses... rutina del absurdo que no te deja avanzar.
Siempre haces lo mismo, puede que tengas pretensiones en la vida, pero te acomodas sin remedio. Eres entrañable, pero a la vez te pareces a Akaki Akakievich, eres una persona que está malgastando una vida humana.. También vas más allá de lo universal, trascenderás en el tiempo - aunque por no hacer lo que debes - te convertirás en espíritu y desearás realizar los proyectos que no pudiste a su debido tiempo ya convertido en espectro.
¿Sabes? No vale la pena. La venganza no te devolverá tus pretensiones perdidas.