martes, 12 de enero de 2016

Y se nos va la Musa (Miedo.Emoción número 2)


He llamado a gritos al miedo y le he preguntado el porqué de esta soledad. Le he dicho que tiene hasta el amanecer para responderme. Luego ya no habrá más oportunidades. No se escribir sobre el miedo, quizá en este momento no lo siento. Hoy solo quiero que te quedes conmigo en esta triste tarde de invierno, cálida e insoportable. Te lo digo a ti, oh musa que rige los destinos. No quiero ser una persona más que camina por el sendero equivocado. No quiero vender mi amor al viento que sopla esta tarde. No quiero ver más gatos abandonados en la calle.
Esta mañana mi reflejo en el espejo me ha dicho que seré una viejita rodeada de 40 gatos. Feliz pero sola, y siento miedo de no encontrarte. De preparar comida para dos y que siempre me sobre un tupperware que irá destinado al fondo del congelador por si en otra ocasión siento hambre. Y lo más seguro es que esa comida acabe en el fondo del cubo de la basura.
Inevitable es pensar que nunca te voy a tener a mi lado complementándome. Que visitarás infinitas camas y ninguna será la mía, porque no me quieres, porque no piensas en mí, porque yo no merezco la pena para ti. Es más sencillo salir de la escena cuando las luces ya se han apagado. Y agarrarte fuerte a tu soledad y aprender un poco de ella.
He vivido intentando adivinar de qué parte de la luz estás, de que me muestres tu otro yo, pero no, nunca mostrarás tu cara oculta. Esa sólo la reservas para el día de tu muerte. He vivido siendo terriblemente sincera contigo porque confiaba en ti y en tus oídos sinceros. Y no me arrepiento de nada porque volvería a cometer los mismos errores una y otra vez pensando que la vez siguiente, sería la correcta.
Y aunque duele este despropósito seré feliz con mis cuarenta gatos. Con mi miedo a estar sola, con mis tuppers en el fondo del congelador. Con el sentimiento de lo que pudo haber sido y no fue. Y con la musa a mi lado porque aunque a veces desaparece, siempre vuelve junto a mi.


viernes, 1 de enero de 2016

Shoot them all (Rabia: Emoción número 1)




No. No tienes ni puta idea de lo que es querer a una persona. Tú no la has visto llorar lamentándose y haciéndose preguntas de porqué no funciona. No la has abrazado tan fuerte con ganas de romperle todos los miedos. De abrir su coraza, porque créeme cada día se hace más irrompible. 
No tienes ni puta idea de lo que es comerte sus dudas, sus anhelos, sus sueños. De verla sonreír y feliz porque piensa en ti. Si, esto es la rabia, rabia de que prevalezca tu egoísmo, tus faltas de tiempo, tus ya nos veremos cuando me desocupe. 
¿Y sabes? Mientras tanto yo no la dejaré caer, me ocuparé de ella porque tu no sabes hacerlo. Y querré vivir momentos preciosos a su lado, emborracharnos y llorar y que se nos corra el puto rimel una noche de fin de año. Y bailar y mover las caderas a ritmo de reggaeton. Y chupito de tequila tras otro, probamos el sabor de la sal y brindaremos por nosotras. 
Porque tú, si tú, no tienes ni puta idea de lo que es querer a una mujer y hacerla feliz. Y ahí estamos las amigas para escucharnos y hacer reuniones en medio de la pista de la disco de turno y encender la llama de la amistad por siempre. Y jurar que si vemos al tipo en cuestión le lanzaremos una piedra en la cabeza o lo que se tercie en un ataque de locura, y gritarle que deje en paz a nuestra amiga. Que si no la va a querer como nosotras la queremos, que la deje marchar. 
Y planear un viaje a donde sea y tostarnos al sol. Y beber, cantar, bailar. Porque somos leales hasta la muerte y nos llevamos en el corazón las unas a las otras. 
Y todo porque tú no tienes ni puta idea de querer a una amiga, una hermana, una madre, una hija, una mujer que pisa con los tacones fuerte en la tierra. Que barre el polvo a su paso, orgullosa, decidida a comerse el mundo y luchar por lo que quiere. 
Y sí, esto es la rabia, la rabia más sincera que sale de nuestras bocas, de nuestras almas, porque este puto mundo se puso del revés. De darlo todo y apostar por vosotros, de la creencia estúpida que existe alguien para nosotras que nos complemente. 
¿Sabéis?  Nosotras estamos aprendiendo a estar solas, nos complementamos entre nosotras. Con nuestros defectos, con nuestras virtudes. 
Y tú, voy a redimirte un instante y darte una oportunidad : Si no la quieres, déjala marchar. Esto es un todo o nada y si no estás dispuesto a caer al vacío con ella, vete, no vuelvas. 
Nosotras estaremos aquí para cuidarla. Pero recuerda, algún día puede caerte una piedra en la cabeza. Y te acordarás de nosotras.