miércoles, 15 de agosto de 2012

Meditaciones




Me encanta repasar apuntes (tono irónico) y encontrarme con pequeñas joyitas del pensamiento. Hoy no voy a escribir un gran post, solo quiero dejar constancia de algo que nos transmitió un profesor que en cierto sentido es bastante particular. Una gran lección sobre la realidad, y por encima de todo de una verdad que nos golpea el entendimiento a mi y a todos esos personajillos varios que no paran de preguntarme el porqué de estudiar Humanidades y su sentido en general. Este post va por ellas:

No se estudia Humanidades para forrarse, al menos inmediatamente. Yo veo a estudiantes que estudian esta carrera por hacer algo; no, esto no es así. Para eso estudias Económicas o Derecho que tendran una utilidad inmediata. Las Humanidades se asumen a lo largo de la vida, sobre todo en la madurez. Es cuando llegas a la auténtica comprensión de la utilidad de las Humanidades y de sus textos filosóficos...


IMG00244-20120815-1755.jpgTambién en esos apuntes encuentro dibujitos divertidos hechos algunos por mis compis de clase. No quiero decir que no prestemos atención en clase -  que va -  sólo que a veces es un poco aburrido el tema y empezamos a meditar y divagar porque no hay manera que nos entre en la mollera el tema en cuestión. Bueno, supongo que esto nos ha pasado a todos. Aunque ciertamente un champiñón que habla es un poco raro...



domingo, 12 de agosto de 2012

Cenizas de caramelo

 




 Una vasija extravagante, de talle alto, misteriosa, que me observa impertérrita desde su posición mayestática. Llego a mi casa prestada y no me doy cuenta, esta ahí acechándome desde su opulento altar y durante unos días no le hago ni caso porque pienso que es un jarrón cualquiera, despreciable, sin gusto estético, sin arbitrariedad. De pronto un día y no se porqué extraña razón mis ojos se posan en ella. Mi razón se desconcentra y empiezo a divagar; siento un escalofrío que recorre todo mi cuerpo, creo a veces en fantasmas, espectros que vienen a relatarte y a poner en entredicho tus errores del pasado: 
¿Quien eres tu para juzgarme? Con que derecho vienes aquí y ocupas un lugar que no te corresponde? Yo estaba antes que tu, cuidado! te estoy vigilando, mira bien lo que haces porque seré tu juez y dictaminaré tu sentencia...He pensado, en difuntos, en fantasmas, en seres queridos que ya no están pero que de algún modo nos honran con su presencia en forma de cenizas.

 

Los siguientes días me comporto con normalidad, intento evitar la dichosa presencia de la vasija caprichosa de tonos ocres con círculos plateados y desdeño su existencia y me introduzco en tribulaciones alteradas de mi propia existencia. No sólo la mía, sino la de toda la humanidad incluso la de la creación del cosmos. Como bien me han explicado, "nuestro tiempo actual, es un segundo del año cósmico". Si jugamos con las escalas nuestra historia "ocurrió en los últimos diez segundos del calendario cósmico" ¡Que barbaridad!, ¡No somos nadie! !Que pequeña me siento en este preciso instante..



En la cocina aun queda una bolsa llena de gominolas deliciosas:  Unos ositos "tuttifruti", fresitas recubiertas de azúcar, moras de pulpa jugosa, "cocacolas" etc. Imagino que la vasija antojadiza es un bote de caramelos, nada más que eso. Y difícilmente me llegará a poner más nerviosa de lo que estoy; difícilmente la vasija evolucionará en un bote de caramelos. Sólo yo lo puedo hacer, sólo yo puedo pensar en mi tiempo, en mi propia evolución y en como lo malgasto día a día. ¡Qué lenta fue la evolución! Un buen día miramos al cielo y contemplamos las estrellas, de donde habíamos venido: "Estamos hechos de materias de estrellas que ha tomado las riendas de su destino"...




No aguanto más, dicen que la curiosidad mató al gato, pero en este caso no es así. Me reprimo, me espero, pero finalmente llego a preguntar para aclarar la situación. La vasija maldita, no es más que eso, una vasija indiferente, veleidosa, mudable, superficial, estúpida. Y ahora me río, ahora me río, porque inexorablemente se destapó la verdad, como se destapa un bote suculento de caramelos. Y ya no son cenizas, y ya no son caramelos, tan solo son cenizas de caramelo.

viernes, 10 de agosto de 2012

El Universo Desbocado

Hace mucho tiempo, cuando yo corría por los campos colindantes vecinos a mi lugar de nacimiento, salve del fuego a unos lindos gatitos. El campo se quemaba, no se si por alguna cuestión imprudente, o porque el mismo payés estaba quemando los rastrojos y malas hierbas que le estorbaban. Estos lindos gatitos eran de raza común europea, vamos, el gato romano de toda la vida. Varios niños de la calle adoptamos a estos gatitos, yo la primera por supuesto, y me quede con una hembra que bauticé con el nombre tan original de My Lady. El hecho significativo es que cuando vi que el campo ardía en llamas no dudé en salir pitando al escondrijo de los lindos mininos y cogerlos de dos en dos y volver a salir pitando campo abajo por si yo también salía quemada. Aún no se como pude tener tanto arrojo y valentía y de verdad que no recuerdo ni la edad que tenía, pero no me lo pensé dos veces en cuanto vi el peligro amenazador. He de decir que ya sabía donde se encontraban porque los niños de la calle y yo estábamos al cargo de ellos, era algo que siempre hacíamos, adoptábamos a algún animalito en cuestión entre todos nosotros, entre ellos algún perro que otro, y así transcurría nuestra infancia, corriendo por los campos de trigo del payés al que no parábamos de fastidiar porque nos hacíamos casitas en el trigo y le arrancábamos los nabos que plantaba para las vacas, o sea, muchas veces hacíamos guerra de nabos, es decir, los hacíamos servir de arma arrojadiza y literalmente corríamos entre nabos, por el campo... Vamos que el payés estaba de nosotros hasta la coronilla, pero claro, eramos "tropecientos niños" en la calle y no nos pillaba nunca.

My Lady se instaló en casa. Resulto ser una gata mala, mala de las malvadas de verdad. Tampoco tengo muy buena memoria, pero creo que un día me intento sacar un ojo. Creo que no hice mal en salvarla pero al menos me lo podría haber agradecido de otra manera. Toda mi vida a estado ligada a esos pequeños felinos a los que adoro y no se porqué. Supongo que porque son tan independientes como yo, están algo locos, van a su bola, les encanta dormir, y ojo, "no me toques mucho las pelotas que te pego un zarpazo o un bocadito y me quedo más ancho que pancho y luego vuelvo a hacerte la pelotilla y aquí no ha pasado nada, paz y gloria my friend". Otro gato auténtico que pasó por mi vida de color blanco y un ojo de cada color, he preferido olvidarlo y no me preguntéis que no respondo.

En mi casa de la infancia pasaron animalitos varios, todos llevaron buena vida, algunos no duraron ni un suspiro, como los peces que preferían suicidarse a llevar una vida en un cacharro de plástico, por mucho ambiente marinero que les pusiéramos mis hermanas y yo, decorando el fondo con conchas de la playa expresamente cogidas para tal fin.
Creo que tendría que haber estudiado veterinaria, así podría entender mejor a estos animalejos que pasaron por mi infancia y también por mi vida de adulta. Entre ellos varias decenas de periquitos, una colonia de hamsters (Cansters para una de mis mejores amigas), etc. Y no nos olvidemos de los bichos varios que también forman pate de mi vida.

Ahora tengo a mi gata Lola, "Loli" para mi.. En un principio quise llamarla "Peluso" porque creía que era un macho, pero resulto ser una "gatita adorable". Es una gata peculiar, muy suya, entrañable a su vez, que me sigue allá donde vaya. Ha sido rebautizada como "pinchita" porque ahora vive junto al Pinchi, otro gato algo peculiar. Creo que para mi hermana pequeña y para mí todos los gatos ahora son llamados pinchitos.
Y ahora está Atreyu,un príncipe de la oscuridad que se encuentra bastante solito negro como la noche mas oscura. Sólo cuido de él por unas semanitas y el animalito algunas noches tiene ganas de juerga y no me deja dormir. Supongo que se cree en el derecho de hacerlo porque esta en su casa y yo soy la extraña. Y tiene razón, está en su reino. Juego con él como hago con mi gata Lola. Por las mañanas cuando me levanto viene a saludarme y me regala carantoñas varias.
Jugar; es algo esencial aunque tengas ya una cierta edad. Nunca hay que perder la emoción del juego e intentar disfrutar un poco y dejarse llevar.  Pablo Neruda decía: El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta": Seguiré jugando y cultivaré a la niña que llevo dentro, aunque sea en un Universo desbocado.